VID / Vitis vinifera

Llegado octubre, poco a poco han ido terminando las diferentes vendimias que se llevan a cabo a lo largo y ancho del país. Quizás sea el momento ideal para traer aquí a esa planta tan humilde, y sin embargo fundamental para nuestra cultura, como es la vid.

El cultivo de la vid, realizado al parecer por primera vez en Asia Menor, se pierde en los albores de la historia. La vid es un atributo de Baco, dios del vino, y de sus seguidores, las Ménades. En las bacanales los participantes se ceñían la cabeza con una corona de hojas de parra. La planta y su fruto, mencionados a menudo en las Sagradas Escrituras, se consideran generalmente símbolo de Cristo y de su sacrificio. Dicha interpretación se basa en el conocido pasaje del Evangelio de San Juan en el que el mismo Jesús afirma: yo soy la verdadera vida.

Recomendaciones del agrónomo andalusí Ibn Luyun son rodear la heredad con viñas, y en los paseos que la atraviesen plantar parrales, que proporcionan además una agradable sombra. El jardín debe quedar ceñido por uno de estos paseos con objeto de separarlo del resto de la heredad. Por tanto, y contrariamente a lo que se pudiera pensar dadas las prescripciones islámicas, la vid fue cultivada por los musulmanes medievales de al-Andalus: el famoso carmen granadino, los patios y jardines privados que caracterizan al barrio del Albaicín, deriva de la palabra karm, literalmente “finca cultivada con vides”.

Primer productor de vino en el mundo hoy en día, España también llevó a tierras americanas el cultivo de la vid. Los vinos andaluces fueron los primeros el llegar a tierras del nuevo continente en los bocoys que llevó Cristóbal Colón en su primer viaje. Tras la catastrófica plaga de la filoxera, originaria de América, también llegaron de allí diferentes variedades de vitis que, usadas como portainjerto, ayudaron a salvar muchas viñas europeas.

La vid en su forma de parra aparece en las remodelaciones que tienen lugar en los jardines del Alcázar durante los reinados de Felipe II y Felipe III. Así, se plantan especímenes en los jardines de Troya y de la Alcobilla, además de en el Cuarto del Sol. Actualmente podemos encontrar varios ejemplares en el muro que separa el Jardín Rústico y el Jardín Inglés, así como en un emparrado en el Jardín del Marqués de la Vega-Inclán. Además una espléndida parra de vid americana (Vitis rupestris) adorna y esconde un acceso a la parte baja de la muralla, junto a la puerta de Marchena.

El cultivo de la vid representa toda una continuidad cultural en España que va al menos desde época romana, pasa por los árabes y la monarquía hispánica de los Austrias, y llega hasta la actualidad.

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Nomad Garden

Los jardines son espacios de diálogo entre la Sociedad y la Naturaleza, laboratorios donde se vinculan las potencialidades de las plantas con los deseos humanos. La aspiración de Nomad Garden es celebrar y fomentar dichas alianzas desarrollando herramientas contemporáneas que las pongan en valor. Gardens are spaces of dialogue between the Society and Nature, laboratories where are linked the potential of plants with the human desires. The aspiration of Nomad Garden is to celebrate and promote such partnerships developing contemporary tools that give to them their value.

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